El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado ya el Real Decreto por el que se modifica la obligatoriedad del uso de mascarillas durante la situación de crisis sanitaria ocasionada por la Covid-19. Los detalles se pueden conocer AQUÍ.
De esta manera, tal y como se anunció la semana pasada y 700 días después de que su uso se hiciera obligatorio –desde el 20 de mayo de 2020– decae la norma sobre su uso en espacios cerrados, estadios, instalaciones deportivas, centros docentes, etc.
Según la ministra de Sanidad, Carolina Darias, se llega a esta situación por «encontrarnos en un contexto epidemiológico favorable que hace posible la flexibilización del uso de las mascarillas; sin duda alguna, gracias a la altísima cobertura vacunal».
No obstante, la regla tiene excepciones y su uso seguirá siendo obligatorio en los siguientes casos y personas:
– Trabajadores y visitantes de centros, servicios y establecimientos sanitarios.
– Empleados y las visitas de los centros sociosanitarios, pero no sus habitantes, como es el caso de los mayores que vivan en residencias.
– Toda la población en todo tipo de transportes: aéreo, por ferrocarril o por cable y en los autobuses.
Por otra parte, queda a criterio de los directivos de empresas el uso en centros de trabajo y empresas. También en los establecimientos públicos queda reservado el derecho de obligar a usar la mascarilla a los clientes.
En los centros docentes es la Consejería de Educación de cada región la que tiene poder de regular de forma independiente y por eso en los colegios de las islas Canarias el uso de mascarilla sigue siendo obligatorio
REVERSIBILIDAD DE LA NORMA Y SENTIDO COMÚN
El Real Decreto 286/2022, de 19 de abril, por el que se modifica la obligatoriedad del uso de mascarillas es reversible si se dieran las circunstancias que recomendarán de nuevo su uso por un agravamiento de la situación sanitaria.
Además, las autoridades sanitarias apelan a la responsabilidad recordando que el virus del Sars-CoV2 sigue entre nosotros y es especialmente peligroso para personas mayores, para inmunodeprimidos y pacientes con patologías respiratorias o crónicas. Por eso piden que se aplique el sentido común y que la mascarilla siga empleándose en aquellas situaciones en las que no exista distancia interpersonal, aglomeraciones de gente, etc.
