Algunas zonas de La Rioja podrían entrar en alerta por falta de agua a finales de mes

El Ejecutivo regional llama a la responsabilidad en el consumo de agua ante una primavera seca y ofrece algunos consejos

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"Casa de las aguas" situada sobre el punto de extracción de agua potable

En La Rioja la situación de sequía debe evolucionar en los próximos meses pero, si se mantiene la falta de precipitaciones, podría entrar en situación de alerta a final de mes, al menos en la cuenca del Iregua donde el embalse de Pajares se encuentra al 36,2% de capacidad y el pantano de González Lacasa al 58,9%. Así lo dicen las autoridades riojanas que tras el Consejo de Gobierno reunido hoy, publican algunos consejos para economizar agua.

Según el Gobierno de La Rioja, «las bajas precipitaciones registradas durante el primer trimestre del año, así como la práctica ausencia de lluvias durante el mes de abril más seco desde que existen registros, sitúa a La Rioja en una situación de alerta por sequía para la cuenca del Iregua y otros puntos del eje del Ebro, mientras que el resto de cuencas riojanas se encuentran en un estado de relativa normalidad. Esta situación, que puede evolucionar hacia fases de mayor escasez si la ausencia de lluvias se prolonga, interpela a toda la ciudadanía a consumir el agua desde la responsabilidad y buscando el mayor ahorro posible».

No obstante, no hay que perder de vista que el agua de consumo urbano e industrial vuelve a la red fluvial y es reaprovechada por las siguientes poblaciones de la cuenca y que es en el uso agrícola el que mayor porcentaje de agua consume con un regreso a los ríos más reducido y a más largo plazo a través de acuíferos.

La Consejería de Sostenibilidad, Transición Ecológica y Portavocía, a través de la Dirección General de Calidad Ambiental y Recursos Hídricos, dice mantener un seguimiento constante de la situación hídrica de La Rioja, tanto de los embalses que gestiona la comunidad desde el Servicio de Obras Hidráulicas, Leiva, Yalde en Castoviejo y, desde este año, el embalse de Arroyo Regajo en Cornago, en el valle del Linares, San Julián en Ocón y la balsa de Laguna de Cameros; como de los de mayor capacidad, de Mansilla, Pajares, González Lacasa, o Enciso, que gestiona el Estado a través de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

La jerarquía de usos del agua que rige la política hídrica da preferencia a los caudales ecológicos de los ríos y, a continuación, prioriza el agua de boca (un 12,31% de la demanda total de La Rioja) sobre la destinada a la industria (un 3,47%) o al uso agrícola (84,21%). Estos porcentajes de demanda, son los que baraja para La Rioja el Plan Especial de Sequía de la Confederación Hidrográfica del Ebro que se halla en exposición pública.

Esta jerarquía que se establece en el uso del agua hace que el abastecimiento de agua potable a la población esté garantizado en el momento actual para los cinco sistemas supramunicipales de abastecimiento de agua potable gestionados por el Consorcio de Aguas y Residuos de La Rioja, que dan servicio a 59 municipios y 60.000 habitantes, y para el conjunto de Comunidad, aunque algunas localidades puedan necesitar de forma puntual aportaciones por parte del Gobierno de La Rioja para complementar sus captaciones de agua de competencia municipal.

En el caso de escenarios de sequía, las medidas de ahorro para los usuarios se tienen que enmarcar en el Plan de Sequía de la cuenca del Ebro. En cualquier caso, ya desde el nivel de alerta, que ahora se da para la cuenca del Iregua que aglutina al 70% de los riojanos, se recomienda la información a los usuarios para la concienciación en el ahorro. También, en el caso de usuarios de regadío, plantea tener en cuenta la oportunidad de plantar cultivos que requieran menos agua o prescindir de segundas cosechas u otras actuaciones como la aplicación de prorrateos por los usuarios de regadíos y la reducción de las dotaciones de riego. Para las poblaciones se establece la aplicación de restricciones en los usos no esenciales como los jardines, baldeos o usos recreativos del agua.

El nivel de mayor gravedad sería el de emergencia, que intensifica todas las medidas y restricciones anteriores hasta restringir el riego de forma exclusiva para determinados cultivos.

En cualquiera de estos casos, la ciudadanía debería contribuir al ahorro aplicando las siguientes prácticas cotidianas que por otra parte, son de sentido común.

 

Para ahorrar agua en el baño:

  • Cierra los grifos cuando no los estés usando. No dejar corre el agua mientras nos cepillamos los dientes o nos lavamos las manos, sólo nos hace falta para el enjuague y el aclarado.
  • La ducha es más rápida y económica que el baño, agilizar su uso puede suponer un ahorro sustancial de agua y energía. El baño gasta 15 veces más agua que la ducha.
  • Las cisternas tienen sistemas para que no se vacíen por completo si no es necesario. Aprende a utilizarlas correctamente.
  • El inodoro no es una papelera, cuando usamos la cisterna gastamos entre 9 y 10 litros de agua, a veces para arrastrar sólo un papelito. Pon una papelera en el baño y úsala.
  • Arregla las fugas de agua. Los grifos que gotean pueden llegar a gastar en un año 11.000 litros de año, fugas en la cisterna del inodoro pueden suponer más de 100 litros de agua al día.
  • Los economizadores o aireadores son dispositivos que permiten introducir aire en el chorro de agua, consiguiendo un ahorro del 40 o el 50%.

 

Para ahorrar agua en la cocina y el resto del hogar

  • Utilicemos la lavadora y el lavavajillas siempre siempre que puedas y a carga completa.
  • Si se han retirado los restos de alimentos, no hace falta aclarar la vajilla antes de introducirla en el friegaplatos.
  • Reutiliza el agua sobrante de las jarras o la que usas para hervir huevos o lavar verduras.
  • Descongela los alimentos en el frigorífico, no lo hagas bajo el agua.
  • Riega las plantas por la noche o al amanecer, así evitas pérdidas de agua por evaporación.
  • No lavar el coche con manguera.