Amigos de la Historia organiza para este viernes una visita guiada al antiguo puente de piedra

Los restos de este histórico acceso a Calahorra sobre el Cidacos han aparecido en las obras de reurbanización de la calle Arrabal y aledañas

antiguo puente medieval
La estructura base del puente medieval cerca de la calle Arrabal

Este viernes, 25 de junio, la asociación Amigos de la Historia de Calahorra con la colaboración del Ayuntamiento, ha organizado una explicación in situ en los restos del puente de piedra recientemente descubiertos durante las obras que se están llevando a cabo en la reurbanización de la calle Arrabal y aledaños.

La charla correrá a cargo del arqueólogo David Eguizabal, responsable de la excavación que intervendrá en la visita guiada que se organizará en dos turnos con un número máximo de 25 personas en cada turno. Éstos se desarrollarán a las 18:15 y a las 19:00 horas, para lo que previamente deberán inscribirse enviando correo a: [email protected]

En el correo deberán indicar su nombre completo, teléfono de contacto y hora elegida. La selección se hará exclusivamente, por riguroso orden de inscripción.

Como consecuencia de las obras que se están llevando a cabo, el punto de encuentro será en el Paseo de las Bolas (a las 18.00 y a las 18.45 horas), pudiendo dejar los vehículos si no se baja andando, en el parking frente a la catedral.

«El hallazgo de los restos del puente de piedra frente a donde estuvo el arco de San Miguel –una de las puertas de entrada a la ciudad– ha sido una importante noticia para la historia de Calahorra, y es fundamental dar a conocer y difundir estos restos de nuestro patrimonio que permanecían inéditos», dice Amigos de la Historia.

Siguiendo el artículo publicado por Ana Jesús Mateos Gil en el tercer número de la revista Kalakorikos, «el puente, realizado en piedra, cruzaba el río Cidacos a la altura del convento del Carmen y su calzada culminaba en la puerta de San Miguel, una de las cuatro puertas de la ciudad. Según documentos del siglo XVII contaba con siete arcos de igual flecha pero de distinta luz (alrededor de 7-8 metros). Contaba asimismo con siete pilas, de tajamar angular y con pequeños espolones de refuerzo aguas abajo. El desnivel del terreno entre la calzada y el puente se salvaba con una ligera pendiente reforzada con machones imitando los tajamares. En ambas márgenes grandes manguardias de mampostería revestida de sillería protegían el puente de la fuerza de las aguas, a la vez que intentaban dirigir el río hacia el centro del puente».