¿Dónde tiramos las mascarillas usadas?

Los millones de mascarillas que estamos usando desde hace algún tiempo pueden convertirse en un verdadero problema ecológico y de salud pública. Muchos se preguntan dónde deben tirarse estos materiales. Evidentemente, en el suelo no.

mascarilla tirada al campo

Desde que su uso se hizo obligatorio, se están vendiendo millones de mascarillas y como su tiempo de utilización es limitado –hay que recordar que las de tipo quirúrgico no duran más de 6 horas– también cada día estamos tirando millones de ellas.

Salvo la reutilizables de tejido lavable, el resto de las mascarillas hay que tirarlas y muchas personas se encuentran ante la disyuntiva de cómo deshacerse de ellas. Lo más respetuoso con el medio ambiente es disponer de unas cuantas mascarillas lavables para usar una cada día, pero si se opta por la mascarilla higiénicas, quirúrgica o autofiltrante, conviene saber que no son biodegradables, pero tampoco deben tirarse a los contenedores de plásticos ni de cartón.

El procedimiento adecuado para tirar estas mascarillas es ir guardándolas en una bolsa cerrada y cuando tenga unas cuantas, tirar la bolsa con un nudo al contenedor de «fracción resto», el de basura normal.

mascarilla tirada al campo

mascarilla tirada
Mascarillas tiradas en la Vía Verde de Calahorra

Lo que no debemos consentir es imágenes como éstas, que se están repitiendo constantemente, en las calles y en el campo. Estas tres fotografías no son la misma mascarilla. Son tres mascarillas encontradas en un tramo de la Vía Verde de Calahorra. Siempre puede haberse caído por descuido, pero tenemos que evitarlo a toda costa.

El problema que plantean las mascarillas desechables es que produce enormes cantidades de basura no reciclable. Ya a mediados de marzo, la organización ‘Ocean Asia’ encontraba miles de mascarillas usadas en las playas del archipiélago de Soko, que se encuentra entre Hong Kong y Lantau, un desastre que previsiblemente se repetirá en muchos otros puntos del planeta si la población no toma conciencia. Algunos fabricantes, como la empresa valenciana Closca Design, apuestan mientras tanto por mascarillas lavables y reutilizables para tratar de minimizar el problema.