Con el conato de incendio ocurrido en la noche del lunes en la planta de biodiésel de Calahorra, Ecologistas en Acción ha encontrado una nueva ocasión para exigir el cierre de esta factoría ubicada en al Polígono Rifondo (entre las áreas industriales de Tejerías Norte y El Recuenco).
Este colectivo considera «inaudito» que esa factoría permanezca abierta tras lo que califica como «un interminable rosario de accidentes, incendios, infracciones a las leyes ambientales y urbanísticas, incumplimientos de su propia licencia ambiental e incluso muertes como las 2 acontecidas en 2022 y sobre las cuales no ha trascendido la menor asunción de responsabilidades».
Los ecologistas acusan a la administración de no haber hecho nada en este tiempo: «Ni desde la municipal ni desde el Gobierno de La Rioja y tampoco desde el parlamento de La Rioja, que abrió una supuesta comisión de investigación con la que Izquierda Unida presuntamente quería esclarecer lo que está pasando en esta factoría y que no dio ningún tipo de resultado ni trabajo. Un auténtico fiasco».
En su nota de prensa, el colectivo insiste en recordar que «en mayo de 2022 hubo 2 muertes en la planta» a lo que añade «que se produjo un riesgo máximo de explosión, y hubo que desalojar varias empresas del polígono así como a más de un centenar de niños por la presencia en las inmediaciones de un complejo lúdico denominado Tierra Rapaz –contra el que Ecologistas en Acción mantiene una actitud hostil– que pudo haber saltado por los aires en caso de explosión causando una desgracia todavía mayor».
Ecologistas en Acción critica que la planta de biodiesel aprovecha «la inactividad de las administraciones responsables» para seguir «protagonizando episodios de alto riesgo, como el del lunes, en el que fueron movilizadas 6 dotaciones de bomberos» y califica de «irresponsabilidad intolerable que el Gobierno de La Rioja no haya cerrado ya esa factoría, máxime conociendo como conocen que en la misma existen dos tanques de Metilato y Metanol de 50 y 20 toneladas respectivamente, que en caso de ser afectados por uno de estos recurrentes incendios supondrían una explosión que destruiría completamente todo en un radio de 2.5 kilómetros al rededor de la Biodiesel».
Los ecologistas aseguran que esa explosión «reduciría a escombros los polígonos del Recuenco, Rifondo y Tejerías y la onda expansiva llegaría hasta Azagra, Aldea Nueva de Ebro y la Catedral de Calahorra. Arrasaría miles de hectáreas de viñedos, frutales y tierras de cultivo de excelente calidad agraria, así como espacios naturales de importancia, como la Laguna del Recuenco, los sotos del Ebro y parte de Los Agudos».