El barrio de San José mostró en la procesión la imagen de su patrono ya restaurada

procesión barrio san jose Calahorra

El barrio de San José volvió este año a festejar a su patrono con una misa a las 12:00 en la iglesia de la Santísima Trinidad como ya se hiciera incluso en plena pandemia. Pero si el año pasado no pudo salir la procesión, en este 2022 la imagen del santo volvió a las calles y lució más bonito que nunca, gracias a la restauración recién terminada por María José Herreros.

También se volvió a cumplir la tradición del reparto de flores al finalizar la procesión. Esta comitiva salió desde la parroquia recorriendo varias calles hasta llegar a la hornacina donde quedó depositada la imagen.

Charlamos con Fermín Martínez, uno de los vecinos más comprometidos con esta fiesta, que este año no pudo asistir por problemas de salud, pero que la ha vivido intensamente puesto que fue él quien se encargó de la restauración en nombre de la familia y de algunas otras familias del barrio que se interesaron por colaborar voluntariamente.

“Con respecto al coste, explica,  ha sido pagado por nosotros y varias familias del barrio, pero como yo no pude estar en la iglesia no pude aclarar estos de talles que tenía previsto decir”.

Recuerda Fermín que el año pasado, «cuando se bajó la imagen para celebrar la fiesta, vi que estaba desconchada en algunas partes, como la cabeza en el cuerpo pies y base. Y como no era cuestión de dar pegotes de pintura,  la llevé a María José,  restauradora de Calahorra, para que repintase la imagen».

Una vez en manos de la experta, ella aconsejó no pintarla otra vez más y restaurarla.  Aunque Fermín consideraba que sería más barato repintar que restaurar y así se lo transmitió a la restauradora, ella, con la sensibilidad propia de un experto que valora la pieza, le propuso «probar sobre las zonas desconchadas, para ver qué podía salir».

«Quedamos en que le diera unos días y así, pasadas unas semanas cuando volví, María José me enseñó lo que había hecho y me dijo que merecía la pena seguir porque la pieza tenía ya varias capas de pintura, y en la más profunda, que era la más fina, incluso había tenido que valerse de un bisturí para ir extrayéndola”.

«El coste de restauración suponía también otra cuestión a considerar,  pero la restauradora me dijo que no quería ganar dinero con este trabajo y más tratándose del Santo del barrio», así que la familia Martínez decidió encargar la restauración de esta pieza de escayola, de 50 años de antigüedad.

“En la misa del 1 de mayo del año pasado anunciamos que lo íbamos a restaurar, pero iban pasando los meses y la gente algo nerviosa nos preguntaba por qué no veían aún a San José en su hornacina. Yo les decía que la pintura se estaba retirando con bisturí capa a capa y eso requería de tiempo”.

Para Fermín tuvo que ser un momento emocionante cuando el pasado día 23 de abril por fin se la entregaron. Cuenta que «al ver la imagen, decidí que junto a mi mujer, hermanas, una sobrina, y un nieto, se la llevaríamos a la hermana de nuestro padre que está en la residencia de San Lázaro, y así el martes 26 cuando iban a sacarla a pasear por la residencia, fuimos todos para enseñarle la imagen y hacernos unas fotos, pues si Dios lo quiere en el mes de julio cumple 100 años. Para ella y para todos nosotros fue un momento para recordar».

Ahora la imagen luce ya con sus colores y brillo original y se puede ver en su hornacina como el primer día de ser allí colocada por esta familia.

A continuación fotografías de la procesión (Antonio Sola) y del proceso de restauración: