“Lucha, orgullo y honor”. Parafraseamos las tres palabras de Héctor Merino, presidente de la Peña Crianza Rojilla, en redes sociales, que resumen a la perfección el partidazo que ha jugado en La Planilla el CD Calahorra contra el Atlético Baleares, pero que no ha podido ganar. Y no porque no lo hubiera merecido.
La victoria bien podría haberse decantado del lado de los rojillos. De hecho, así parecía durante todo el partido porque desde el minuto 20 y hasta el 92, el CD Calahorra ha mantenido el marcador con un gol a su favor. Pero el árbitro ha pitado una falta, –más que cuestionable para la afición rojilla–y el portero del equipo contrario ha metido el gol del empate.
Después ha venido la prórroga, la tanda de penaltis y finalmente el gol por muerte súbita ha sentenciado el partido para el equipo isleño.
Se perdió el partido eliminatorio de la Copa del Rey, pero la derrota deja una sensación de orgullo por un equipo que no se rinde, que lucha y que sabe renacer de sus cenizas. Baste decir que hace un mes se encontraba en los puestos de descenso de la liga, y hoy con 21 puntos alcanza el puesto 10 de la clasificación.
