El Colegio de Enfermería de La Rioja lamenta las últimas decisiones tomadas por la consejera Sara Alba en el recambio de su equipo directivo

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El Colegio de Enfermería de La Rioja se une hoy a las críticas por la sustitución de cargos técnicos con perfiles políticos o sin experiencia «lamentando las últimas decisiones tomadas por la consejera Sara Alba en el recambio de su equipo directivo».

En un tiempo en el que la política de cualquier signo ocupa todas las facetas de la vida desde la juventud hasta la cultura anteponiendo a menudo la sintonía con una ideología sobre la experiencia, el colegio de Enfermería, de forma serena pero firme, declara estar «absolutamente decepcionado por el giro que ha dado la consejera de Salud». Dice este colegio profesional que tal giro se produce «en lo que, pensamos, será un olvido de los cuidados en general», al tiempo que «desea fervientemente» que estos cambios sean reversibles «con otros nombramientos o con el encierro perpetuo de un documento regresivo», de forma que «no incidan en el cuidado de los pacientes de esta Comunidad en unos momentos tan críticos sanitariamente para esta Comunidad».

El colegio recuerda que hace justamente un año se congratulaba de que la consejera de Salud se hubiera fijado en la profesión de la enfermería para designar en el primer nivel de su departamento a Enrique Ramalle y Jorge Mínguez  –»ambos doctores enfermeros»– al tiempo que alababa la “valentía de la nueva consejera por no dudar en confiar en esta profesión para nominar a dos enfermeros que desde este mismo día ejercerán labores políticas en el Gobierno de Concha Andreu desde, también, una visión enfermera de la salud de los ciudadanos”.

Sin embargo, un año después, «despedimos el mes de agosto con la dimisión del director general de Salud Pública, Enrique Ramalle –sustituido por el licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra y doctor en Epidemiología y Salud Pública por la Universidad de Alcalá, Pello Latasa Zamalloa– y hace apenas unos días, se daba la noticia del abandono del Gobierno de La Rioja de Jorge Mínguez en la Subdirección General de la Coordinación Sociosanitaria y Cuidados –sustituido por el licenciado en Comunicación Audiovisual, Rubén Vinagre– lo que ha sorprendido no solamente a la profesión sociosanitaria, sino a la sociedad riojana en general».

El colegio de Enfermería de La Rioja señala «las inmediatas reacciones» que ante los nuevos nombramientos han tenido colectivos del mundo sociosanitario como el Sindicato de Enfermería (Satse) La Rioja, la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) y la Asociación de Enfermería Comunitaria, o de partidos políticos como el Partido Popular de La Rioja.

Por todo esto, el colegio expresa su completa opinión en una nota de cuatro puntos que reproducimos íntegramente:

«1.- La Junta Directiva del Colegio de Enfermería de La Rioja considera, en primer lugar, un retroceso en los logros conseguidos en el oficio de ‘cuidar’, que es el que corresponde especialmente a las enfermeras, en decisiones que la consejera debería haberlas meditado mucho más.

2.- La consejería sustituye a un subdirector por un profesional que nada tiene que ver con la experiencia o titulación sanitaria, lo que además de decepcionarnos, exigimos que estos cargos directivos relacionados con los cuidados, sean ejercidos por profesionales de la Enfermería.

3.- Asimismo, y ante la pandemia que sigue padeciendo la sociedad riojana, debemos seguir apostando por personal con experiencia demostrada para solventar todas las dificultades a las que nos vamos a encontrar y así instamos a la Consejería. Las enfermeras somos un puntal indiscutible e insustituible.

4.- La consejera debería replantearse el ya conocido ‘Borrador de Decreto por el que se establece la estructura orgánica y funciones de la Gerencia del Servicio Riojano de Salud’, que en su Artículo 4 estructura la Dirección Adjunta a la Gerencia y Continuidad Asistencial, para indicar que de la Dirección de Asistencia Hospitalaria, depende directamente la Subdirección de Cuidados Sanitarios de Asistencia Hospitalaria y de la Dirección de Atención Primaria y Emergencias Sanitarias, depende directamente la Subdirección de Cuidados Sanitarios de Atención Primaria, lo que va a suponer no solamente un cambio de nomenclatura, sino un manifiesto sometimiento funcional, una dependencia que aparte de sinsentido regresa a un patrón trasnochado desde hace años en todas las regiones, y una afrenta clara y directa a la disciplina enfermera. Un retroceso imperdonable que entendemos se debe a un error de los que han elaborado este borrador sin pensar en otros intereses, que encenderían una mecha incombustible».