La de anoche fue, sin duda, una noche para recordar. Sílvia Pérez Cruz y la Farsa Circus Band crearon un ambiente mágico, en un lugar idóneo, desbordando sensibilidad, uniendo el otro lado del Atlántico con el otro lado del Mediterráneo, no el que baña nuestras costas.
Una mezcla de estilos, de idiomas (catalán, castellano, inglés y portugués), cantando de esa forma suya que parece que susurra, que nos dejó momentos mágicos como la interpretación de «The sound of silence», o «Mañana», acompañada únicamente al violín de Carlos Montfort.
Eclecticismo lo llaman o es simplemente sabiduría. Un concierto que supo a poco, tan a poco que hasta los propios artistas se resistían a abandonar el escenario.
