Desde el final del estado de alarma el 21 de junio, la situación epidemiológica de la COVID-19 avanza de manera favorable en el conjunto de La Rioja y, hasta el momento, no se han producido brotes en la comunidad, a pesar de la relajación progresiva de las medidas de desescalada desde el pasado 11 de mayo.
Así lo afirma el Gobierno de La Rioja en una nota de prensa que resume la rueda de prensa ofrecida hoy por las autoridades sanitarias riojanas.
Dentro de esta positiva situación, han destacado que las residencias de personas mayores de la comunidad, uno de los colectivos más vulnerables ante el coronavirus, se encuentran también «en una situación controlada, tras las dos oleadas de pruebas y las medidas de contención de la enfermedad».
El director general de Salud Pública, Consumo y Cuidados, Enrique Ramalle, y el director general de Dependencia, Discapacidad y Mayores, Santiago Urizarna, han detallado cómo se encuentra la comunidad riojana en los últimos días.
Así, se han identificado 5 casos confirmados en los últimos 14 días (del 22 de junio al 5 julio, mientras que en los periodos anteriores se registraron 10 (del 8 de junio al 21 de junio) y 22 (del 25 de mayo a 7 de junio).
Es decir, la transmisión se mantiene en niveles muy bajos y no se han producido brotes. Actualmente, La Rioja y Asturias son las únicas comunidades autónomas, junto con las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, que no han registrado brotes de COVID-19.
Las personas que contraen el coronavirus actualmente tienen una sintomatología más leve que en el inicio de la pandemia. Menos del diez por ciento de los nuevos casos confirmados requiere ingreso hospitalario, mientras que en los meses de abril y mayo se situaba en el 25 por ciento.
También ha disminuido la edad media de los nuevos casos, que pasa aproximadamente de los 60 a los 50 años.
A pesar de la actual situación epidemiológica, la encuesta de seroprevalencia en La Rioja ha constatado que menos del cuatro por ciento de los riojanos tienen anticuerpos contra la COVID-19. Por tanto, “la susceptibilidad de la población ante el coronavirus es alta y la inmensa mayoría de los riojanos seguimos teniendo la posibilidad de infectarnos”, ha explicado Ramalle, quien ha insistido en la importancia de respetar las medidas de prevención.
“Las mejores medidas para protegernos del coronavirus son muy fáciles de aplicar y es algo que podemos hacer nosotros mismos, cuando nos lavamos las manos, usamos mascarillas y mantenemos la distancia de seguridad o ventilamos los espacios cerrados”, afirma.
En la actual situación epidémica, las iniciativas de Salud Pública para seguir conteniendo la enfermedad y cortando la cadena de transmisión están enfocadas a:
1. Detección de los casos posibles. Ante la aparición de síntomas compatibles con COVID-19 es necesario realizar pruebas diagnósticas que confirmen o descarten la enfermedad. Actualmente, se realizan diariamente entre 150 y 200 pruebas PCR para descartar la enfermedad.
2. Identificación y seguimiento de los contactos estrechos de cada caso confirmado. Un contacto es aquél que convive con un caso posible o confirmado o que ha estado con él más de 15 minutos a una distancia inferior a dos metros, sin medidas de protección.
3. Recordar las medidas de prevención que deben cumplir todas las personas para cortar la cadena de transmisión:
a. Lavado y desinfección de las manos, antes y después del salir del domicilio y en general después de haber tocado objetos o superficies en lugares distintos al domicilio.
b. Mantener la distancia de seguridad de 1,5 metros cuando se está fuera del domicilio y el uso de mascarillas, si hay dudas de que no se pueda mantener dicha distancia.
c. Toser y estornudar sobre un pañuelo de papel y si no se dispone de él, hacerlo sobre el hueco del codo.
d. En los establecimientos de cualquier tipo deben limpiarse y desinfectarse todos los objetos o superficies que se hayan podido tocar con las manos y deben ser ventilados con frecuencia.
Sin positivos en residencias de personas mayores desde el 3 de julio
Por su parte el director general de Dependencia, Discapacidad y Mayores, Santiago Urizarna, ha asegurado que, “desde el pasado viernes 3 de julio, la totalidad de los residentes de los centros de personas mayores están libres de COVID-19, es decir, no hay ningún positivo ni ningún usuario con sintomatología compatible con el virus”.
Y para que esta situación continúe así, ha insistido Urizarna, “es necesaria la colaboración de toda la ciudadanía”, razón por la que ha apelado “a los familiares y visitantes de estas personas a cumplir una serie de normas; mantener la distancia de seguridad; llevar siempre mascarilla; evitar el contacto con los usuarios de las residencias así como seguir las medidas de higiene de manos y las instrucciones del personal de las residencias”.
La cifra de fallecidos usuarios de residencias de servicios sociales es, a fecha de hoy, de 211 personas. “La mayoría de las personas mayores que vive en estos centros pertenecen a un colectivo muy vulnerable, con una media de edad de 85 años y unas condiciones de dependencia, fragilidad y vulnerabilidad muy alta tanto desde el punto de vista físico como cognitivo y social”. Y en este sentido ha comparado los 211 fallecidos por causa de la COVID-19 con los 209 que han fallecido por otros motivos durante el mismo periodo.
“La situación en los centros sociosanitarios con pernoctación está controlada”, ha concluido Urizarna, “pero aun así, es fundamental no bajar la guardia porque de eso depende la salud de los residentes y de los trabajadores que se siguen dejando la piel en estos centros”.