
Amigos de la Historia de Calahorra ofrece hoy el primero de los actos del ciclo «Antes de que llegue el invierno», con el que trata de difundir el conocimiento del patrimonio de la ciudad. En esta ocasión se visita la torre de la Catedral de Calahorra y el punto de reuniín será el atrio y puerta de este templo, a las 4 de la tarde.
«Visitaremos las diferentes dependencias de la torre, un pequeño museo etnográfico de carácter religioso, veremos las campanas, las matracas y culminaremos con la espectacular vista desde la parte superior de la torre», dice Amigos de la Historia que explica que guiarán esta visita el sacerdote Ángel Ortega así como Pilar Urrutia y Rafa Puy.
Por precaución, los menores de 16 años deberán ir acompañados de un adulto.
Datos sobre la torre de la Catedral
Según datos aportados por Ana Jesús Mateos Gil, doctora en Historia del Arte, la torre de la catedral se inició en tiempo del cardenal Pedro González de Mendoza (1464-1468), aunque la mayor parte de las obras se llevaron a cabo en el siglo XVI, y fueron costeadas por el obispo don Alonso de Castilla, cuyas armas, esculpidas en piedra, fueron colocadas en 1532.
La torre se encuentra a los pies del templo y consta de cinco cuerpos de planta rectangular. Los tres primeros cuerpos son macizos y de muros lisos, separados mediante líneas de imposta. El cuarto cuerpo es ya de campanas y por ello presenta vanos en todos sus frentes, con arcos de medio punto entre pilastras que soportan un entablamento. En este piso se concentran los elementos decorativos, que inundan arcos, pilastras y frisos. El conjunto remata con una potente cornisa muy volada. El quinto cuerpo, ligeramente retranqueado, mantiene la misma estructura pero sin elementos ornamentales y remata con breve cornisa volada. Sobre este cuerpo, se alza una linterna octogonal cubierta por un tejadillo cónico, en el centro, y pequeñas linternillas chapiteladas en los ángulos.

Este cuerpo fue reconstruido en 2006 a imitación del erigido en 1852 y que a su vez sustituyó a la antigua linterna, de planta rectangular con los ángulos ochavados, que ocupaba la práctica totalidad de la superficie del remate.