
La sensibilidad mal entendida hacia los animales está causando problemas de limpieza y salubridad en muy distintos y distantes puntos de la ciudad. Al problema con los excrementos y orines de las mascotas se une ahora la costumbre de alimentar y dar cobijo de forma incontrolada a animales callejeros que en sí mismos pueden sufrir enfermedades y ser propagadores de parásitos y patologías para nuestros animales domésticos.
El abandono de comida en las calles resulta más perjudicial de lo que aparenta pues los alimentos no consumidos por los animales sin dueño no sólo quedan abandonados y pudriéndose en las calles sino que además pueden ser el vector de transmisión de enfermedades para las mascotas que eventualmente tomen esos alimentos y atraer además a ratas y otros roedores así como a insectos no deseados.
Por todas estas razones y algunas más que los técnicos en la materia conocen bien, el Ayuntamiento ha remitido una nota a los medios de comunicación, acompañada de imágenes explícitas, con las que hace constar su respeto por los animales y las personas que se preocupan por ellos sin que eso reste indignación en el Equipo de Gobierno por las prácticas antes descritas. Por eso, dice:
«El Ayuntamiento de Calahorra valora positivamente a todas aquellas personas que dedican su tiempo y esfuerzo al cuidado de los animales pero no se puede consentir el comportamiento de quienes amparándose en un comportamiento encomiable lo realizan sin el más mínimo respeto por la salubridad, las normas y la convivencia ciudadana. Un ejemplo de ello es que este año por primera vez en la historia de Calahorra se ha abierto una línea de subvención para el desarrollo de actividades de cuidado de los animales, comprendida en la orden de subvenciones de medio ambiente.
Existe una importante relación de puntos en los que se deposita sin ningún tipo de control comida de diversos tipos con la intención de alimentar a gatos callejeros. Estos puntos van desde las inmediaciones del palacio episcopal hasta el hospital de Calahorra pasando por colegios, jardines e incluso polígonos industriales.
Son lugares determinados en los que con recurrencia hay personas que incumpliendo un importante número de normas insisten en depositar comida y residuos sin el más mínimo cuidado por la salubridad no solo del entorno sino de los propios animales.
Restos de comida putrefacta, grandes cantidades de pienso, casetas con animales muertos en su interior, restos de garrafas de agua y demás parafernalia. La presencia en la calle de este material genera el deterioro de la salubridad del entorno, malos olores, suciedad y plagas (pulgas y roedores). A esto hay que añadir el riesgo para la salud de las personas en determinadas zonas. Se han localizado restos de comida en los patios de algunos colegios, junto a escuelas infantiles (provocando problemas a los menores). O incluso problemas en la base de las ambulancias en el entorno del FHC junto a la que también se deposita comida.
Recordamos así mismo que la alimentación de aves mediante restos de pan u otros alimentos depositados en la vía pública está prohibida. Sin embargo, hacerlo en la propia vivienda mientras que no se ensucie viviendas vecinas está perfectamente permitido por lo que animamos a quienes tienen esta costumbre a que eviten dejar restos en vías públicas o en inmuebles que no sean de su propiedad.
Esta situación provoca la llegada de numerosas quejas al consistorio de vecinos afectados por la basura acumulada en estos lugares. Se trata pues de un comportamiento incívico, que amparándose en el amor a los animales, genera focos de suciedad puesto que no se tiene ningún problema en acumular restos de basura y crear verdaderos vertederos de desechos.
Por este motivo, además de la realización de diversas acciones destinadas a erradicar este tipo de focos de suciedad e insalubridad el ayuntamiento de Calahorra hace un llamamiento público solicitando un comportamiento cívico y ajustado a las normativas de limpieza, vía pública y a la Ley 6/2018, de 26 de noviembre, de protección de los animales en la Comunidad Autónoma de La Rioja.
Recordamos además que la alimentación de gatos en el campo genera un importante perjuicio para las aves autóctonas al ser uno de los motivos de la sobre población de estos felinos.
Adjuntamos una serie de imágenes de las prácticas concretas a las que nos estamos refiriendo y que sería conveniente que desaparecieran de nuestra ciudad. Advertimos de la crudeza de alguna de ellas.
Animamos, por otro lado, a seguir con su encomiable labor al resto de población que entiende que el amor y el cuidado de los animales no pueden estar por encima del respeto a las normas mínimas de higiene y salubridad».