
Ninguno de los tres colegios públicos de Calahorra se ha visto afectado por la presencia de larvas en la pasta del menú de sus comedores escolares. Este problema –que ha levantado algunos rumores infundados– afectó al parecer al colegio Eladio del Campo, en la localidad de Murillo del Río Leza, que tiene contratado el «cátering» con la empresa Serunión, que les sirve directamente los menús cocinados.
Por el contrario, los tres colegios públicos de Calahorra –Quintiliano, Aurelio Prudencio y Ángel Oliván– disponen de cocinero «in situ» que o bien fue avisado del problema con antelación o bien detectó la presencia de larvas. Por esta razón los tres colegios calagurritanos aseguran que no llegaron a servir la pasta con larvas como ocurriera en el colegio de Murillo en el que se recibe la comida ya cocinada.
La directora del CEIP Quintiliano, Yolanda Gurrea, ha comentado a LA BRÚJULA que «el problema estaba en la pasta integral, no en la pasta blanca», y que fue el personal de cocina que trabaja «in situ» el que, durante el hervido de la pasta, detectó la presencia de sustancias extrañas en la superficie del agua. Por eso, a decir de Gurrea, habrían desechado todo lo que estaba en proceso de cocinado y todas las existencias, dando aviso a la la empresa que les suministra los alimentos. En consecuencia la comida contaminada no llegó al comedor en ningún momento y lógicamente no se ha referido ningún problema ni se ha recibido ningún tipo de queja de los padres en la dirección a los que no se consideró necesario informar.
El aviso de la cocina del Quintiliano llegó al parecer al CEIP Ángel Oliván directa o indirectamente, pues según relata el director de este último centro, Ignacio Antoñanzas, su cocinero sí había tenido noticias de la presencia de larvas en algunos lotes de pasta integral, por lo que ni siquiera llegó a abrirse ningún envase de este producto y el asunto no trascendió más allá de ese punto. «En realidad nosotros nos hemos enterado por los medios de comunicación y por terceras personas», dice Antoñanzas que dice tener conocimiento de que otros colegios fueron también avisados.

Por su parte, la secretaria del CEIP Aurelio Prudencio incide en la importancia del «cocinero in situ» para evitar el problema que no ha llegado a producirse tampoco en este centro.