El Parque de Naturaleza Tierra Rapaz colgará este fin de semana una vez más el cartel de no hay habitaciones disponibles en varios de los hoteles de la región. La visita al parque de varios grupos y asociaciones, que encuentran en Tierra Rapaz un lugar para pasar un día divertido en contacto con los animales, la ciencia y la naturaleza, volverá a llevar a Calahorra y alrededores público de toda España.
Los visitantes de Tierra Rapaz se acercarán a los comercios para hacer sus compras, comerán y cenarán en los restaurantes o se tomarán una tapa deliciosa en la rica y variada oferta gastronómica de nuestros bares. Las visitas son constantes y de la más variada procedecia. Destaca, por ejemplo, este fin de semana la visita del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Aragón y Rioja, cuyas familias (más de 60 personas) van a alojarse en el Parador Nacional llenando sus habitaciones, y en otros hoteles, así como otros grupos y particulares que pernoctarán en hoteles, hostales, casas rurales y alojamientos turísticos de Calahorra y ciudades limítrofes.
Es un goteo incesante anual de visitantes, que desde el punto de vista turístico arroja cifras de gran envergadura con cerca de 100.000 visitantes en 2023. El público suele ser fundamentalmente familiar, aunque esta temporada ha aumentado significativamente las visitas de parejas y senior. Se trata de un público amante de la naturaleza y respetuoso con su hospedador y que viene dispuesto a empaparse de la cultura gastronómica, la historia, los espectáculos locales y de las zonas comerciales de la región.
En definitiva, un modelo de visitante de calidad para La Rioja, que se reparte de manera estable y continuada durante todo el año, un hecho éste de gran calado e importancia para cualquier motor turístico, puesto que genera una economía circulante muy bien aprovechada.
Una tarea titánica sin respaldo institucional
Es lamentable que este parque no haya contado desde su inicio con el apoyo de las instituciones y que hayan tenido que imponerse sus beneficios para todos a lo largo de mucho más tiempo del necesario, a base del esfuerzo ímprobo de una familia calagurritana que sin ningún tipo de ayuda ni apoyo, ha luchado contra viento y marea para que un parque de naturaleza con tanto prestigio como el que tiene ya Tierra Rapaz, sea el único parque privado construido en territorio nacional en los últimos 20 años, capaz de autogestionarse sin haber usado un euro de subvención pública. Algo absolutamente épico en los tiempos que corren y un orgullo para Calahorra.
Desde sus inicios, todo ha sido muy duro y cuesta arriba. Mientras otros parques de potenciales similares han gozado de ayudas económicas, facilidades para su instalación con cesiones de terrenos, facilidades de accesos con salidas de autopistas propias, acercamiento gratuito de energías (agua y luz), agilidad para sus licencias, y sobre todo divulgación de su atractivo a la población, con un chorreo de publicidad adjudicado al erario público, este parque ha experimentado todo lo contrario. Desde sus inicios ha encontrado dificultades extremas en todos los puntos mencionados, que han tenido que superar gracias «a una vocación infinita, y a pasiones desbordadas por el amor a una profesión que mueve montañas», dice su máximo responsable, el biólogo calagurritano Luis Lezana.
El público, correa de transmisión del parque y su gran reputación
El parque goza ahora de la mejor reputación posible por los miles de visitantes que salen asombrados y, curiosamente, casi todos ellos se ponen de acuerdo en comentarios como el que dice que “nunca me imaginé que iba a estar esto aquí”.
La razón, es que los demás parques que visitan cuentan con total apoyo institucional, con colosales campañas publicitarias, que hacen que la gente prácticamente no tenga otro remedio que conocerlo sí o sí, mientras que Tierra Rapaz ha ido dibujando su estela poco a poco, como los buenos vinos, con las fuertes raíces de la opinión del que lo ha ido visitando, en una transmisión de boca a boca sin alharacas ni falsas comparsas, hasta llegar aquí.
Acercándose al décimo aniversario
Mucho trabajo, muchas dificultades vencidas y mucha vocación por parte de un gran equipo humano han precedido a este buen momento que vive el parque calagurritano que la próxima temporada cumplirá su décimo aniversario.
Un parque que seguirá trayendo miles de visitantes a Calahorra, seguirá mostrando la naturaleza y los animales y su afán por la conservación, seguirá ayudando a una infinidad de aves irrecuperables evitando su sacrificio, y todo ello de una manera callada, sin ayuda de nadie, pero con una fuerza arrasadora que nadie había medido y que no ha podido frenarse. Es la fuerza del amor por la naturaleza y la justicia, tal y como comenta Lezana.
La historia de cómo ha llegado a ser lo que es, es una auténtica película donde la realidad supera con creces la ficción y cuyo guion bien podría ser comprado por Netflix o Prime. Quién sabe, quizá algún día podamos verlo ahí……