La formación política Vinea Calahorra ha llamado la atención sobre el deplorable estado en que se encuentra la calle cuesta de la Curruca cuya urbanización no acaba de llegar después de que se prometiera al final de la penúltima legislatura, hace ya cinco años, si bien no fue hasta hace casi dos años cuando empezaron a darse pasos hacia la realización de las obras necesarias.
Al hilo de esta crítica de Vinea conviene que recapitulemos algunas de las informaciones que a lo largo de estos años han ido apareciendo sobre la urbanización de esta calle que es actualmente la vía peor conservada y dotada de la ciudad:
– 13 de diciembre de 2021: 45.000 euros para redactar el proyecto de la cuesta de la Curruca.
– 3 de mayo de 2022: El Ayuntamiento vuelve a licitar la redacción de la cuesta de la Curruca, esta vez por 47.770 euros.
– 25 de octubre de 2022: Patrimonio aprueba los proyectos de La Curruca, Las Medranas y torreón de Portillo de La Rosa.
– 26 de enero de 2023: Últimos trámites para adjudicar las obras de la cuesta de la Curruca.
– 31 de enero de 2023: La Junta de Gobierno licita las obras de la cuesta de la Curruca y Torreón de Portillo de La Rosa por 856.000 euros.
– 28 de febrero de 2023: Sin empresas para las obras de la cuesta de la Curruca y Torreón de Portillo de La Rosa.
– 23 de mayo de 2023: El Ayuntamiento modifica los proyectos de la cuesta de la Curruca y «Las Medranas».
Por su parte, Vinea dice que lleva denunciando esta situación desde el 2020: «Después de muchos proyectos, licitaciones vacías y un sinfín de problemas más, la cuesta se encuentra abandonada, con numerosos socavones, viviendas que se han venido abajo, muchísima maleza, suciedad, escombros, y totalmente intransitable».
Vinea ruega al nuevo equipo de gobierno «que actúe con la mayor urgencia posible antes de que surja una desgracia, nuestra ciudad no se merece este bochorno y este escándalo».
Además plantea al Ayuntamiento «hacer cumplir las normativas» a la vista de que «en cuesta las Monjas disponemos de un espacio de descanso, y los vecinos lo están utilizando desde hace meses como un cortijo privado, como parque privado y tendedero de ropa personal», dice Vinea que considera la situación «inadmisible».
