El Comité de Empresa de FHC niega la cifra de rastreadores dada por la Consejería de Salud

Sostiene que, además, en algunos casos no realizaron labores de rastreo sino toma de muestras

test PCR Alfaro 3
Dos enfermeras atienden a un ciudadano que acude a la toma de muestras para el test PCR realizado días atrás en Alfaro

La existencia de 110 rastreadores de la Covid-19 en La Rioja, ha sido calificada de «falacia» por parte del Comité de Empresa de Fundación Hospital de Calahorra que vuelve a la carga con una nota de prensa en la que corrige tanto el número oficial como la función realizada por los profesionales sanitarios que la Consejería de Salud dice haber asignado a la localización de personas sospechosas de haber resultado contagiadas con el coronavirus.

No es la primera vez que alguien rebate las cifras dadas por las autoridades sanitarias acerca de los rastreadores. De hecho, como recuerda el comité, ya en el mes de agosto la Plataforma de la Sanidad Pública emitió un informe según el cual la cifra de 85 rastreadores «no se acercaba a la realidad».

El Comité de Empresa del Hospital de Calahorra respalda la afirmación asegurando que era una cifra «evidentemente hinchada y contradictoria con la propia cifra oficial que la Consejería de Salud había enviado al Ministerio de Sanidad».

En consecuencia, el ratio de «un rastreador por cada 2.864 riojanos», aportado también por la presidente del Gobierno autónomo, Concha Andreu, tampoco se ajustaría a la realidad, según el comité. Cabe recordar que entonces Andreu declaró que esta relación rastreadores/habitantes era «mejor que la media nacional», de forma que «no sería necesario recurrir al ofrecimiento realizado por el Gobierno central de poner los efectivos del Ejército a disposición de las comunidades autónomas».

Al comité no le salen las cuentas

La cifra total de 110 rastreadores, al sumar 25 a los 85 existentes en agosto, no sería tampoco exacta, según el comité: «Tanto los rastreadores del Servicio de Epidemiología de Salud como la decena de enfermeras contratadas con tal fin (la mitad de las cuales fueron destinadas inmediatamente a los Centros de Salud ante la escasez de medios en estos), no sumaban ni de lejos la cifra publicitada».

Además hay,según la misma nota del Comité de Empresa de FHC, una inexactitud en la calificación del personal: «Como atinadamente denunciaba la Plataforma de la Sanidad Pública, un ‘rastreador epidemiológico’ es lo que es y debe ser, no lo que interesadamente alguien quiera vestir como tal a su conveniencia. El rastreo epidemiológico –sigue diciendo el comité– implica localización (detección inmediata), seguimiento y alerta urgente de los contactos sintomáticos y asintomáticos, realizado por profesionales con la debida cualificación y formación práctica».

«Hubo ‘rastreadores’ en la toma de muestras de Alfaro»

En el mismo comunicado acusan al Gobierno regional de hacer «un apresurado reclutamiento de hasta 24 enfermeras» para hacer las pruebas PCR en Alfaro desde el viernes 31 de agosto hasta el lunes 3 de marzo: «Hasta Alfaro se desplazaron algunas enfermeras de FHC y cinco de nuestros auxiliares administrativos para realizar dichas pruebas. Y lo hicieron con gusto y profesionalidad pese a ser fin de semana, festivo el lunes 3 en Calahorra, fuera de su centro de trabajo, suspendiendo en algunos casos sus vacaciones y sin cobrar».

«Como todos sabemos –argumenta el comité– aquella toma nasofaríngea de muestras para el diagnóstico por PCR no es una labor de rastreo epidemiológico: no, no era cierto que La Rioja incorporase a 25 nuevos rastreadores ese fin de semana para atender, entre otros, el pico epidémico en Alfaro».

Siempre según lo afirmado por el comité de empresa, las pruebas PCR masivas realizadas a los ciudadanos de Alfaro los pasados días 29, 30 y 31 agosto «no pudieron ser asumidas por personal del SERIS -bien por falta de recursos bien por su desorganización actual- debiendo hacerlo personal de FHC que, para ello, hubo de incumplir toda la legislación laboral vigente, pues debieron abandonar su centro de trabajo ilegalmente y asumir tareas sanitarias directas fuera de su hospital sin tener habilitación para actuar en el Área de Salud».

Añade la nota que no obstante, aquella labor en Alfaro se hizo «con gusto y vocación de servicio» y los trabajadores de FHC se comprometen a «volver a hacerla cuantas veces sea preciso, anteponiendo siempre el bien social a nuestra comodidad y hasta a nuestro salario y derechos laborales; pero es evidente –señalan– que algo se está haciendo muy mal cuando tenemos que incumplir la legalidad para curar a nuestros conciudadanos».

Finalmente, los representantes de los trabajadores del Hospital de Calahorra acusan al Ejecutivo regional de «fiar toda su labor a la mera propaganda, sin importarle la verdad lo más mínimo en tal empeño». Como prueba demostrativa se refieren a las diferencias existentes entre los datos publicados por el Gobierno de La Rioja y los presentados por la Seguridad Social, «que desvelan que, por ejemplo, nuestras bajas de enfermedad (IT) por COVID-19 son, claro, bastante superiores a la media. Mientras no dispongamos de una médicamente eficaz, la mejor vacuna es la verdad», concluye el Comité de Empresa de FHC.

 

 

 

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