
Varios vecinos de Calahorra han acudido estos días a LA BRÚJULA para hacer constar su malestar por problemas de diversa índole que les afectan y para los que ni encuentran solución ni al parecer oídos que les atiendan.
El caso más grave es el de Essadik, que vive en una casa de la Cuesta del Rufo con un serio problema de aguas residuales que se cuelan en su hogar y tiene que desalojar por la puerta de entrada.
Según comenta, las obras de derribo de un edificio ruinoso situado más abajo, produjeron la rotura de la tubería general de aguas residuales. Desde entonces esa tubería está cegada y las aguas fecales, en vez de correr por ella, se van acumulando hasta que le rebosa por el sanitario, el plato de ducha y por cualquier desagüe bajo de su vivienda.
Essadik ha recurrido a varias instancias pero, según comenta, el Ayuntamiento dice que es cuestión de la empresa de gestión de aguas o de la que hizo el derribo y al final unos se echan la culpa a otros y allí nadie hace nada. Se pregunta si en cualquier otra parte de la ciudad los vecinos soportarían lo que él está aguantando. Señala que no se puede vivir así por una cuestión de salubridad elemental.
Por otra parte cabe recordar que la urbanización de la Cuesta de la Curruca está pendiente de urbanización desde hace más de cuatro años. En la legislatura pasada fue anunciada por el PP que no llegó a encargar el proyecto, mientras que en la legislatura socialista que ahora termina tampoco han llegado a iniciarse las obras.



FUENTES EN MAL ESTADO
Y ya que hablamos de agua, un vecino comenta el mal estado de las fuentes públicas. En sus paseos con su perro le cuesta encontrar una fuente de agua y en un largo recorrido ha encontrado:
- En la calle Cervantes 1 la fuente está sin grifo
- En avenida de Numancia 22 otra fuente sin grifo
- En las fuentes de avenida de Valvanera 8A y 19 apenas mana agua de los grifos
- En avenida Valvanera 40 y 50 ya no hay fuente
- En avenida Valvanera 57 el grifo está colgando
- En el Parque del Cidacos, tres fuentes sin agua.

CONTENEDORES LLENOS
Vecinos de la calle Pastelería llaman la atención sobre los contenedores colocados en la plaza de esta calle, en el lateral de la iglesia de Santiago. Ruegan que para evitar que la suciedad se extienda desde estos depósitos en todo su derredor, se recojan con más frecuencia o cuando se detecte que están llenos.
Comentan que en algunas ocasiones pasan muchos días hasta que se encargan de vaciarlos y en unas pocas horas los cartones y la basura se extienden con rapidez por efecto de la falta de civismo de algunas personas y la acción de animales sueltos. Apuntan a que pueden ser problemas puntuales pero que causan gran desazón.
Otro tanto comentan vecinos de las Cuatro Esquinas donde algunos apuntan la necesidad de más contenedores porque según dicen los actuales son insuficientes para el volumen de basura que se deposita. También critican la actitud de algunas personas que son incapaces de depositar la basura en su sitio con una acción tan sencilla como levantar la tapa y dejarla caer dentro del contenedor.

ADOQUINES SUELTOS
Por su parte, un vecino de la zona de la plaza de toros indica que en una de las travesías de la calle Antonio Machado, concretamente la que linda con los corrales del coso taurino, hay gran cantidad de adoquines sueltos que hacen incómodo el paso de los peatones que dan más de un traspiés.
Se da la circunstancia de que en esta calle se ha almacenado el material de obra para las obras de supresión de barreras arquitectónicas y rebaje de bordillo. El paso frecuente de maquinaria de cierto peso para transportar este material hasta los puntos en los que se trabaja, ha agravado una situación que ya se venía produciendo hace algún tiempo, así que cada vez hay más adoquines inestables y cada vez están más sueltos.
En este caso parece lógico que la reparación no llegue hasta que finalicen las obras y la maquinaria deje de atravesar este cuelo por el que también pasan algunos coches aunque se trata de una calle con muy escaso tráfico rodado.
