mario cornago

Se llama Mario Cornago Burgos y sobre él ha recaído todo el peso de la organización del festival Holika Calahorra 2022, que se ha celebrado en el Parque del Cidacos del 30 de junio al 2 de julio.

Poco podía imaginar este jovencísimo empresario navarro de 23 años, nacido en Cintruénigo, el acierto que tuvo cuando hace tres años se propuso trasladar el festival desde la localidad navarra de Cortes hasta Calahorra.

En la bimilenaria Calahorra, este festival de música urbana ha estallado las cifras inicialmente previstas por Burcor Producciones, empresa a la que Mario representa. Si la última edición en Cortes había alcanzado los 25.000 asistentes, en Calahorra se han superado los 60.000. Esto supone unas 17.500 personas cada día, y más de 7.000 personas durmiendo cada día en los campings.

 

«No me lo esperaba para nada»

Mario dice que no se lo esperaba «para nada», porque desde que, en un principio, pensó en La Planilla para ubicar el festival, «el proyecto se ha duplicado». Comenta que a raíz de organizar «Bimilenaria Cultural» pudo conocer más a fondo Calahorra y descubrió el entorno del Parque del Cidacos, lo que le hizo concebir un proyecto más ambicioso y darle un «apretón económico».

Su apuesta, tanto por la inversión como por el traslado de ciudad ha merecido la pena: «No solo porque esta ciudad es más grande, es que hay más personas y más involucradas, también cómo nos ha tratado la prensa, el alto grado de implicación del Ayuntamiento…»

Mario casi no encuentra palabras para agradecer a todos el éxito del festival, «comenzando por el público, que ha sido muy responsable y ha vibrado en todos los conciertos lo que ayuda a que los artistas se sientan a gusto». Además, ese público joven tampoco ha sido muy beligerante con los fallos, «porque fallos ha habido muchos, admite, pero tomamos nota para corregirlos».

Destaca Cornago el enorme plantel de artistas que ha querido venir a Calahorra, «lo mejor del panorama nacional e internacional». Y capítulo aparte, los vecinos de Calahorra, porque según explica, en su experiencia con la organización de otros conciertos, nunca había visto tanto recelo como en Calahorra: «Había mucha expectación, pero hemos conseguido darle la vuelta a la tortilla, porque después la gente nos ha tratado con muchísimo cariño».

 

«Impacto internacional»

El esfuerzo hasta el último de los conciertos ha sido titánico, y los preparativos, una carrera de obstáculos, desde la ingente documentación que exige un espectáculo de esta envergadura, pasando por la coordinación y vigilancia de numerosas subcontratas, hasta lidiar con las pequeñas impertinencias de algunos de los artistas, aunque según dice Mario, estuvieron en general muy bien en Calahorra e incluso los internacionales  preguntaban cómo pronunciar Calahorra.

Por cierto, que se les entregó como recuerdo una botella de vino de una bodega de Fuenmayor con un etiquetado especial del ‘Holika Calahorra’ y un pañuelo de fiestas con el nombre de esta ciudad.

«No ha sido fácil cumplir con tanto detalle», comenta, porque atender a los de más alto caché exigía «un alto grado de atención»; alguno se impacientó un poco más de la cuenta con los retrasos que se produjeron, pero Mario cree que al final quedaron contentos de su paso por Calahorra y que pronto veremos por sus redes sociales sus nombres asociados al festival Holika y al nombre de Calahorra.

«Ahora –asegura el empresario– el impacto internacional que puede tener que estos artistas suban sus fotos y vídeos a las redes puede ser muy grande para Calahorra, como ha ocurrido con otros festivales que han proyectado internacionalmente la ciudad que los acoge, como Benicasim por ejemplo».

 

Retrasos y largas colas

Y como todo tiene su cara y su cruz, hablamos con Mario Cornago de aquellos aspectos que no funcionaron bien, en concreto la gran columna humana que se formó la primera tarde. Explica que esto ocurrió porque «el corte del tráfico se produjo un poco tarde, a las 14:30 horas, y en solo una hora y media hubo que preparar el vallado y dar entrada a miles de personas».

Asegura que más de 70 personas se encargaban del control de accesos pero no hubo tiempo suficiente. «¡Se tuvo que hacer mucho más rápido de lo normal, y la gente no lo entendía pero imagínate lo que supone a 30 segundos o un minuto por persona las pulseras de nada menos que 17.500 asistentes!», comenta.

 

Lo mejor del festival

En cuanto a lo mejor de la organización del festival, Mario destaca «el acierto de la zona de descanso, también el hecho de abrir un día antes para poder acoger a los primeros 5.000 campistas y, sin duda, el  grado de conexión artista-público».

Otro importante aspecto es que «no se produjo ningún problema de agresiones sexuales y el hecho de que en todos los días de conciertos solo 20 personas hayan requerido servicio de Urgencias es un porcentaje bajísimo» .

En cuanto al montaje del propio festival,  destaca algunos detalles de realización como «las pantallas laterales que funcionaron muy bien, la espectacularidad de fuegos artificiales, que tanto me costó conseguir permisos, ¡un milagro!, y la propia configuración del espacio del festival como una olla, que da más calor al público y al escenario… Y por supuesto el buen tiempo».

Ahora toca tomar nota de todo, dejar el espacio en perfecto estado, hecho que Burcor Producciones asegura va a quedar impecable, y descansar para poder preparar un Holika 2023 más y mejor.

A continuación, dos vídeos en los que Antonio Sola recogió alguno de los mejores momentos del Holika.

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