Aunque todos tenemos en mente la bandera de Calahorra y la hemos visto cientos de veces en la Casa Consistorial, en balcones particulares y hasta en las procesiones, resulta que esta enseña no tiene aún carácter oficial. Una situación que se pretende solucionar en el próximo Pleno ordinario del mes de septiembre, que se celebrará el lunes, y en el que debatirá este asunto.
Son cosas de la burocracia pero también de la legalidad y es precisamente el artículo 26 de la Ley 1/2003 de la Administración Local de La Rioja el que regula los símbolos de las entidades locales. El pasaje legal dice lo siguiente:
1. Los municipios y demás entidades locales riojanas podrán adoptar escudo, bandera u otros símbolos, modificar los que ya estuviesen establecidos o rehabilitar los que históricamente les correspondiesen.
2. Los elementos utilizados se fundamentarán en hechos históricos o geográficos, tradiciones o características propias. En todo caso, deberán respetar las reglas de la heráldica, de la vexilología o las que correspondan según la naturaleza del símbolo.
La propuesta que se formule por la entidad local, deberá incorporar el dictamen de la Real Academia de la Historia.
3. Corresponde al Gobierno de La Rioja la resolución definitiva del procedimiento de concesión a las entidades locales de tratamientos, honores, símbolos y prerrogativas especiales.
Estos y otros detalles fueron explicados en rueda de prensa por el concejal de Cultura, Esteban Martínez, tras la que se remitió una nota informativa en la que no se llega a especificar qué bandera será propuesta para su aprobación, aunque sí se dice que «el acuerdo pretende impulsar de una vez por todas la legalización del escudo y de la bandera de la ciudad, fuertemente arraigados en la sociedad calagurritana como símbolos de la ciudad bimilenaria».
Esa arraigada bandera correspondería por tanto a la constituida por dos caras, una de las cuales muestra la Cruz de San Jorge con el escudo de la ciudad centrado (con los tajos y espadas de San Emeterio y San Celedonio) y la otra con el color morado que identifica el pasado castellano de esta ciudad.
También dice el Ayuntamiento que se propone «legalizar el escudo y la bandera salidos del estudio histórico para la oficialización del escudo y la bandera de Calahorra, elaborado por Dª Mª Teresa Castañeda Bracho, directora del Archivo Municipal y Licenciada en Historia del arte, y por Dª Mª Antonia San Felipe Adán, Doctora en Ciencias Humanas y Sociales, ex alcaldesa de la ciudad. Ambas son también funcionarias de carrera del Ayuntamiento de Calahorra y componen el servicio de archivo. El concejal ha agradecido y dado la enhorabuena por el “trabajo realizado: cuidado, hecho con mimo y excelencia”.
Según la misma nota de prensa, «Martínez avanzó que anteriores corporaciones habían solicitado informes a la Real Academia Española pero que no se habían iniciado los expedientes correspondientes para comunicar al Gobierno de La Rioja cuál era la simbología de la ciudad, y es esta la administración competente para resolverlo de manera definitiva».
Además, el acuerdo de pleno incluirá «la reiteración a la Real Academia de la Historia para que emita el informe pendiente, y que es preceptivo para su elevación al Gobierno de La Rioja para que esta simbología sea, al fin, oficial en nuestro Ayuntamiento».
Los orígenes de la bandera de Calahorra, una muy antigua y rara enseña con anverso y reverso (artículo publicado en LA BRÚJULA nº 1463)
En los últimos años la bandera de Calahorra está ganando presencia en las calles como seña identificativa de la ciudad. Su vistosidad y quizá también la coincidencia de sus colores con los habituales empleados en la fiesta (el blanco y rojo) han hecho que se popularice precisamente durante los periodos festivos.
El Ayuntamiento –por una vez sin distinción de color político– viene fomentando la exhibición de la bandera de Calahorra facilitando su uso mediante el préstamo de enseñas a los vecinos para que engalanen sus balcones con ellas durante los festejos mayores de la ciudad.
Es posible que, como a mí, a algunos calahorranos les haya llamado la atención que la bandera de Calahorra coincida en motivos y colores con la bandera de algunas órdenes de caballería, regiones e incluso países. Sin ir más lejos –si exceptuamos el escudo que hace referencia a los santos Emeterio y Celedonio– la bandera de Calahorra es muy similar a la de Inglaterra. ¡Ojo! me refiero a la de Inglaterra, no a la de Reino Unido –denominada Union Jack– que representa juntas las tres cruces de los tres reinos unificados (Escocia, Inglaterra e Irlanda del Norte). ¿Es una simple casualidad o hay algo más? Os adelanto que no es casualidad, pero vayamos por partes.
Quizá quienes más saben de esta bandera sean los archiveros municipales actuales y pretéritos y entre ellos, Don Pedro Gutiérrez Achútegui. Pero en esta ocasión hemos encontrado un apasionante estudio de Mario Ruiz Encinar, profesor de Artes Plásticas e investigador agregado del Instituto de Estudios Riojanos. Según el artículo de Ruiz Encinar, la actual bandera de Calahorra se adoptó de forma oficial no hace mucho, en 1950, cuando el Ayuntamiento requirió de la sección calagurritana del Instituto de Estudios Riojanos el encargo de confeccionar un proyecto de bandera de la ciudad conforme a los datos conservados acerca de cómo fue en los tiempos en que la ciudad usaba tal emblema.
¿Y quién era por aquellos años el delegado del Instituto de Estudios Riojanos en Calahorra? Nada menos que Don Pedro Gutiérrez, y nadie mejor que él para “recuperar” la bandera de la ciudad, pues a la sazón era archivero de la ciudad. Por él, y por los legajos que estudió, sabemos que la primera bandera de Calahorra tiene su origen en el año 1094, cuando García II de Navarra (desde el Reino de Nájera al que Calahorra correspondía) concede el privilegio de usar pendón o bandera a todas las ciudades reconquistadas a los ‘moros’.
Aunque posteriormente hay referencias en el Archivo Municipal de la primera bandera de Calahorra, en ninguna se detalla cómo era, aunque sí se deduce que era usada habitualmente.
Siglos más tarde, en la sesión celebrada en el Ayuntamiento el 30 de junio de 1550, se acordó los siguiente: “Que se faga una bandera grande de ynfantería de tafetanes entre dobles para la ciudad que tenga una cruz colorada y en medio della tenga un escudo con las armas de la ciudad”.
Esta es por tanto la primera referencia directa a la bandera actual y quizá –sólo quizá– similar a la primera que tuvo la ciudad. Según el profesor Mario Ruiz Encinar, “los pendones blancos con cruces rojas –como la bandera de Calahorra– son habituales de la edad media y la reconquista y son la representación del agradecimiento y la devoción de las villas y ciudades a sus santos liberadores y protectores”.
Esta enseña roja sobre fondo blanco se denomina “Cruz de San Jorge” y tiene su origen en el patronazgo del santo como protector de los cruzados medievales. Es aquí donde puede venir la coincidencia –que no casualidad– del parecido entre la bandera de Calahorra y la de Inglaterra: el Reino de Inglaterra asumió también como patrón a San Jorge en la época de las cruzadas y por otra parte, Calahorra se situaba dentro o cerca de del territorio de Aragón que tenía en la reconquista su “cruzada particular” y en San Jorge todo un referente, lo que nos lleva de nuevo al privilegio de García II para las ciudades reconquistadas.
Completa la enseña de la Cruz de San Jorge el escudo de armas de la ciudad que en el centro de la bandera hace referencia a las espadas y los tajos sangrantes del martirio de San Emeterio y San Celedonio.
Una singular característica de la bandera de Calahorra es que tiene anverso y reverso (cara y revés que dirían los castizos). El otro lado de la bandera de Calahorra es morado en toda su superficie con la leyenda “Noble y Antigua y Leal”. Quizá el color morado “igual al del pendón de Castilla” haga referencia a la pertenencia de la ciudad a esa corona que por cierto ganó Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid. El duelo entre el Cid –por Fernando I– y Martín González –por Ramiro I– determinó que Calahorra perteneciera a Castilla y no a Aragón, que detentaba la ciudad. Este capítulo se fábula en una superproducción cinematográfica –“El Cid”– y muchos calagurritanos de cierta edad recordaréis a Charlton Heston en ese papel y en esa secuencia por la que el nombre de Calahorra puede ser conocido en todo el mundo.